Este, tu cuerpo mío, que se ilumina
al contacto de mis torpes manos,
como lancinante caricia revela
la profunda agonía de mi sensible piel.
Gozas y de gozo me lleno
en la plenitud de tu ser,
te dejo y me abandono en el desconcierto
y la inconformidad que renace en mi.
En el interior, anhelante te descubro,
deseo tus deseos y siento lo que experimentas tu.
Caótico encuentro liberador de la evidente
oscuridad que guardaré en mi.
(Neologom)